El Banco Mundial expresó su preocupación sobre el próximo aumento de deuda de Chile y la pérdida de reservas. Esta situación es obviamente producto de la falta de poder político para negociar en la actual crisis. Muchos reclaman más beneficios sociales sin proponer como financiarlos. Así se abandonó la democracia, donde el gobierno no legisla representando a la mayoría que votó, sino que a la minoría que exige por la fuerza desde la calle y que es representada en el congreso por la izquierda. Sobre este asunto, no se habla mucho, pero es una amenaza que puede llevar al colapso del modelo en poco tiempo. ¿Se viene la próxima gran crisis? ¿Qué podemos hacer para corregir el rumbo? Revisemos algunos conceptos básicos.
¿Qué es la deuda país y como nos afecta individualmente?
Básicamente una promesa. Es un compromiso que nos obliga a pagar un dinero préstamo y devolverlo en una fecha futura con intereses. Esta sería la definición más básica. Sin embargo, el tema es más complicado de lo que parece. Al hablar de la economía, la deuda es vital. E irónicamente este es uno de los más ignorados, en especial por el público. Por lo general, el público no tiene ninguna idea de cómo la deuda afecta sus vidas. Me refiero por supuesto a la deuda pública y privada como un todo. Nosotros podríamos estar libre de deudas. Pero la deuda es un asunto que nos afecta a todos. Porque impacta a la economía como muy pocas cosas. Como decía Kiyosaki, no es mala ni buena. Pero es peligrosa porque es un arma de doble filo.
El crédito
Es importante porque permite que los recursos acumulados puedan circular en la economía y contribuir a su desarrollo. Es probable que sin los créditos la economía no pueda prosperar mucho. Esto es porque el acaparamiento reduciría los recursos disponibles. Si las personas no disponen de crédito, sería muy difícil crecer económicamente. Claro que la producción es fundamental. Entonces, estamos ante una mesa de tres patas, el crédito, el dinero y la producción. Por supuesto que existe una cuarta pata, que depende de las otras tres. Esta es el precio. La cantidad y proporción de las demás patas determinan el precio.
¿Como equilibrar crédito, dinero y producción para tener precios estables?
Lo ideal es el equilibrio. La liquidez y la producción son muy importantes. Pero la deuda es un asunto delicado. Porque en la económica una deuda es un activo y un pasivo. Es un activo para el prestamista y un pasivo para el deudor. En un principio aumenta de la liquidez, pero luego, en el momento de pagar, disminuye la liquidez. Entonces, crea ciclos.
¿Cuándo endeudarse?
La deuda es buena, si se utiliza para producir. Es más, no hace daño contraer deuda para la producción, porque la producción genera los ingresos adicionales que la cubren. Sin embargo, la deuda es mala, si se utiliza para consumir. El asunto se complica. Por ejemplo. Supongamos que tenemos un ingreso de USD$1,000/mes. Y decidimos comprar un auto con la ayuda de un préstamo. Podemos hacer esta gran compra primero, pero luego nuestro ingreso disminuye porque tenemos que ir pagando el préstamo. Este auto no incrementa nuestro ingreso. De hecho, lo disminuyen porque generan gastos que anteriormente no teníamos. En este caso, la deuda en realidad nos empobreció. Por otro lado, si pedimos un préstamo para iniciar un negocio, la cosa cambia, como comprar un inmueble para arriendo. Es muy probable que nuestro ingreso de USD$1,000 aumente y pagar la deuda no disminuye nuestra caja. Seguramente, tendríamos los $1,000, dinero adicional para pagar el préstamo y tal vez un poco más. En este caso, la deuda nos enriqueció porque nos hizo más productivos. Esta sería una deuda buena.
¿Cuándo la deuda es tóxica?
La acumulación de deuda por parte de los países en vías de desarrollo o de familia de bajos ingresos es preocupante, porque la producción ha sido muy poca. Esto quiere decir que evidentemente la deuda no se utilizó para inversiones productivas. Al no haber producción, la recaudación de impuestos es poca y no hay suficiente dinero para pagarla. Entonces, el poco dinero que entra al fisco debe utilizarse para pagar la deuda y queda muy poco para invertir en el país y para programas sociales. Esto por supuesto crea un problema político, porque la población se resiente. Lo que normalmente ocurre es que los gobernantes se endeudan de manera muy irresponsable para ganar popularidad. Reparten dinero, que es prestado, a diestra y siniestra para comprar votos. Y en muchos casos el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial conceden préstamos también por razones políticas. Pero con los años la situación cambia. Cambian los presidentes y las circunstancias. Y se dan cuentan que hipotecaron el futuro del país. Por supuesto, la deuda es impagable.
Deuda pública
En el caso de los países en vías de desarrollo, el contraste entre el producto interno bruto y la deuda es por supuesto sumamente preocupante. Sin embargo, existe un problema adicional. La deuda externa en estos países es principalmente en dólares. Lo que quiere decir que se debe dinero en una moneda que no es la propia. Deben pagar con sus reservas y la fortaleza de las reservas depende de la balanza comercial. Es decir, de sus exportaciones. En el caso de la mayoría de los países en vías de desarrollo, las exportaciones se limitan principalmente a materias primas y productos agrícolas. El problema con estos rubros es que el precio depende de los vaivenes de la economía mundial. En otras palabras, factores externos. Los países productores tienen muy poco control sobre el precio de sus productos. Están a merced de los compradores, los países desarrollados. Bajo estas circunstancias, la deuda en su tamaño actual es en extremo peligrosa.
¿Porque la deuda del G7 es diferente a la de Chile?
Para los Estados Unidos e Europa, la deuda no es tan problemática. Porque ellos por lo general contraen deuda en su propia moneda. Y se puede pagar tocando teclas en un teclado. Porque en el caso de los países desarrollados la deuda es principalmente un juego contable. La deuda es un activo para el prestamista y un pasivo para el deudor. ¿Recuerdan? Entonces, cuando el Gobierno de los Estados Unidos adquiere una deuda, su prestamista por lo general es la Reserva Federal, su banco central. La Reserva Federal emite dinero fiduciario. Es decir, dinero de la nada. Aquí el prestamista y deudor es prácticamente el mismo ente. Y este es el dueño y señor de su moneda. Algo similar ocurre con los países de la Unión Europea y su banco central. Pero en el caso de los países en vías de desarrollo la deuda externa se debe pagar en divisa extranjera. Solo la deuda interna se puede pagar en moneda propia.
¿Como tener una política monetaria más allá del gobierno de turno?
El problema de la deuda en los países en vías de desarrollo se puede solventar de varias maneras.
Presiones Inflacionarias
Muchos creen que la inflación es el aumento de los precios medidos por una canasta de bienes y servicios. Sin embargo, la inflación es el aumento de la masa monetaria, cuando el banco central decide aumentar la impresión de billetes para estimular la economía. Por lo tanto, el aumento de precios es el efecto de la inflación. Una alta inflación genera una perdida del poder adquisitovo (todo se vuelve más caro y el sueldo es lo último en reajustarse no siempre en la misma proporción). Por otro lado la inflación negativa o deflación puede tener consecuencia aun peores (caída de la demanda, recesión, dificultad de servir deudas). ¿Como escapar de la inflación? ¿Como escapar del ciclo expansivo/recesivo que ha experimentado la economía en los últimos 200 años?
¿Existirá una tecnología que permita solucionar el problema de la deuda, inflación y recesión?
Algunos creen que un criptomoneda como Bitcoin que por definición no permite emisión (inflación), que no esta controlada por un banco central, ni políticas monetarias locales, que es descentralizada y por lo tanto no expuesta a la corrupción podría ser una solución. Sin embargo, francamente, no lo creo. Porque este problema no se presenta solamente bajo un sistema de dinero fiduciario. Cuando se utilizaba el patrón oro o monedas de oro directamente, también se presentaba esta situación. Es más, las crisis por lo general eran más frecuentes y más pronunciadas. Entonces, contar con una moneda de suministro limitado no es una garantía. Las sociedades se endeudan desde tiempos muy remotos. Las deudas y la irresponsabilidad no van a terminar con las criptomonedas. Los Bitcoin son un activo interesante. Pero no es una panacea. No nos curará de todos nuestros males. El problema de la deuda se soluciona con inteligencia, sensatez y mucha responsabilidad. Virtudes sumamente raras en este mundo de hoy, pero, nos guste o no, son nuestra única salvación.
Ventajas y Evolución del Bitcoin
Bitcoin resuelve muchos problemas que los billetes no pueden: privacidad, fraude, error humano, comisiones de transaccion, menos intermediarios, confianza en controatos legales, comercio electronico, etc.
Así como el oro reemplazo al trueque, el papel moneda reemplazo al oro, sistema fiduciario reemplazo (sin respaldo) al papel moneda, las monedas digitales reemplazaran al sistema fiduciario actual.
Lo único inevitable es la constante evolución.
Actualmente hay 15 trillones de papel moneda en el mundo y 150 billones de bitcoins.
Si el papel moneda es reemplazado por bitcoin (que tiene oferta limitada), su demanda crecería 100,000% (diferencia entre $15T y 150B), entonces el precio del bitcoin pasaría de $7K a $7M (x1000)
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NOTA:
Esta crisis tiene 3 niveles: política, económica y social.
– Los políticos (y burocratas que se benefician del estado) intentan acordar como una supuesta nueva constitución calmaría a los violentistas y que mantenga sus beneficios.
– Los empresarios que pretenden invertir solo cuando existan garantías de seguridad.
– La gran mayoría de la sociedad, personas que trabajan son las que sufren los efectos económicos y esperan que los politicos que los representan resuelven la crisis.
– Existen organizaciones que idean propuestas de mejoras sociales.
Pero, Como salir de la crisis?
Los políticos no saben como, ni tienen la representatividad de liderar el cambio.
Solo debe venir de las personas de la calle, que se reorganicen para depender menos del Estado.